domingo, 21 de abril de 2013

LA ESCUELA DE MONTESORI.


Según María Montessori, los niños absorben como “esponjas” todas las informaciones que requieren y necesitan para su actuación en la vida diaria. El niño aprende a hablar, escribir y leer de la misma manera que lo hace al gatear, caminar, correr, etc, es decir, de forma espontánea.
La Dra. Montessori no estaba de acuerdo con las técnicas rígidas y, frecuentemente, crueles que se utilizaban en Europa. Basó sus ideas en el respeto hacia el niño y en su capacidad de aprender, partía por no moldear a los niños como reproducciones de los padres y profesores.
Concibió a los niños como la esperanza de la humanidad, dándoles oportunidad de aprender y utilizar la libertad a partir de los primeros años de desarrollo, así el niño llegaría a adulto con la capacidad de hacer frente a los problemas de vivir, incluyendo los más grandes de todos, la guerra y la paz.
El trabajo de María Montessori no solamente era el desarrollar una nueva manera de enseñanza, sino descubrir y ayudar a alcanzar al niño su potencial como ser humano, a través de los sentidos, en un ambiente preparado y utilizando la observación científica de un profesor entrenado.
En las escuelas tradicionales los niños reciben la educación de manera frontal. Hay un maestro frente al grupo (cuyos integrantes son de la misma edad) y éste se dirige a ellos de manera grupal, por lo que el avance en el programa de estudios es colectivo. Al ser de esta manera, algunos niños se quedan con lagunas en su educación a pesar de la buena voluntad del maestro. En las escuelas Montessori, en cambio, "La meta de la educación debe ser cultivar el deseo natural por aprender”, por lo que se manejan varios grados en cada grupo y existe diversidad de edades. Los niños más grandes ayudan a los pequeños, los cuales a su vez retroalimentan a los mayores con conceptos ya olvidados.
Cada parte del equipo, cada ejercicio, cada método desarrollado, se basó en sus observaciones de lo que los niños hacían "naturalmente", por sí mismos, sin ayuda de los adultos. Por lo tanto, este método de educación es mucho más que el uso de
materiales especializados, es la capacidad del educador de amar y respetar al niño como persona y ser sensible a sus necesidades.
El educador ejerce una figura de guía, que potencia o propone desafíos, cambios y/o novedades.
El ambiente Montessori no incita a la competencia entre compañeros, en cambio, se respeta y valora el logro de cada alumno en su momento y ritmo oportuno.
El silencio y la movilidad son elementos indispensables en esta metodología. Los niños pueden mover sus mesas, agruparlas o separarlas según la actividad, todo el mobiliario es adecuado al tamaño del niño, siendo las manos las mejores herramientas de exploración, descubrimiento y construcción de dichos aprendizajes.
El error, equivocación o falta, es considerado como parte del aprendizaje, por ello, no es castigado, resaltado o señalado, sino, valorado e integrado como una etapa del proceso. Se suele estimular a que el niño haga siempre una autoevaluación.
Los principios básicos fundamentales de la Pedagogía Montessori son: la libertad, la actividad y la individualidad. Otros aspectos abordados en ésta metodología son: el orden, la concentración, el respeto por los otros y por sí mismo, la autonomía, la independencia, la iniciativa, la capacidad de elegir, el desarrollo de la voluntad y la autodisciplina.
El método Montessori esta inspirado en el humanismo integral,
que postula la formación de los seres humanos como personas únicas y plenamente capacitadas para actuar con libertad, inteligencia y dignidad.
El Método Montessori, es considerado como una educación para la vida y se sirve de los siguientes aspectos para lograrlo:
Ayuda al desarrollo natural del Ser Humano.
Estimula al niño a formar su carácter y manifestar su personalidad, brindándole seguridad y respeto.
Favorece en el niño la responsabilidad y el desarrollo de la autodisciplina, ayudándolo a que conquiste su independencia y libertad, esta última como sinónimo de actividad, libertad para ser y pertenecer, para escoger, para instruir, para
desarrollarse, para responder a las necesidades de su desarrollo. Libertad para desarrollar el propio control.
Desarrolla en el niño la capacidad de participación para que sea aceptado.
Guía al niño en su formación espiritual e intelectual.
Reconoce que el niño se construye a sí mismo.
¿Qué le permite al niño conocer innatamente su entorno?
Montessori observó una sensibilidad especial del niño para observar y absorber todo en su ambiente inmediato y la denominó “la mente absorbente".
Ésta es la capacidad única en cada niño de tomar su ambiente y aprender cómo adaptarse a él. Durante sus primeros años, las sensibilidades del niño conducen a una vinculación innata con el ambiente. La capacidad del niño de adaptarse por si mismo al ambiente depende con éxito de las impresiones de ese momento, así si son sanas y positivas, el niño se adaptará de una manera sana y positiva a su entorno.
Se refiere a los períodos de la edad en que el niño demuestra capacidades inusuales en adquirir habilidades particulares, es decir, cuando el interés del niño se focaliza a una parte específica de su ambiente.
Estas sensibilidades que el niño desarrolla normalmente, ayudan a adquirir las características necesarias para su desarrollo como adulto.
Ejemplos de los periodos sensibles:
La lengua en los primeros años, entre el año y los tres.
Sentido del orden, entre los dos y tres años.
Adquirir la escritura, entre los tres y cuatro años.
La palabra que conducen a la lectura de los números, entre los cuatro y cinco años.
Los períodos sensibles para cada niño varían individualmente y son aproximados, pero por todos pasan y nunca regresan. Según Montessori, en la mayor parte de las escuelas, las habilidades básicas se enseñan en gran parte, después de que sus períodos sensibles han pasado.

Elementos que se utilizan para llevar a cabo la metodología Montessori
El ambiente preparado
Se refiere a un ambiente que se ha organizado cuidadosamente para el niño, para ayudarle a aprender y a crecer. Este ambiente esta formado por dos factores: (a) el entorno y (b) el material, preparado de una manera tal que desenvuelvan en él las partes social, emocional, intelectual, la comprobación y necesidades morales de un niño, pero también que satisfaga las necesidades de orden y seguridad, ya que todo tiene su lugar apropiado.
La Dra. Montessori comprobó que preparando el medio ambiente del niño con los materiales necesarios para su periodo de desarrollo en todas las áreas posibles y dejándole escoger su material de trabajo, abriría el camino para un desarrollo completo de su ser, "Libertad de elección en un medio ambiente preparado".
Proporcionado: A las dimensiones y fuerzas del niño.
Limitado: En cuanto a que el mismo ambiente dirija al niño hacia el conocimiento y lo ayude a ordenar sus ideas y aclare su mente.
Sencillo: En la calidad de las cosas y en la línea de las formas. Elemental, debe haber lo suficiente y lo necesario.
Delatador del error: El poder darse cuenta del error lleva al niño a un razonamiento cada vez mayor, pudiendo medir las consecuencias de sus acciones.
Lavable: Para que el niño pueda mantener limpio y cuidado el ambiente.
Los ambientes se encuentran divididos en tres niveles:
Comunidad Infantil (de 1 a 3 años)
Casa de los Niños (de 3 a 6 años)
Taller (Primaria).
En Montessori los salones son espacios amplios y luminosos. Incluyen flores y plantas en un orden absoluto. Los ambientes están diseñados para estimular el deseo del conocimiento y la independencia en los niños. Además, los pequeños pueden intercambiar ideas y experiencias en medio de un ambiente especialmente preparado para ellos, con muebles, materiales e infraestructura a su alcance.
Dentro de este ambiente preparado, los niños están libres de elegir sus propios materiales y actividades, cambiar de actividades, sentarse en las sillas o arrodillarse en las mantas, pueden moverse libremente por el cuarto, trabajar solos o con otros, siempre y cuando su seguridad no esté implicada y respeten los derechos de los demás.
"El niño debe estar libre", dijo la Dra. Montessori, para ser de verdad un amo de su ser. Él debe estar libre para tomar sus decisiones y hacer sus descubrimientos aprendiendo por si mismo. "la única disciplina verdadera es la de uno mismo”
Diseñado por la Dra. Montessori, el material utilizado cubre todas las áreas en las que ella estudió las necesidades del niño. Todo el material es natural, atractivo, progresivo y con su propio control de error.
Los niños están introducidos a una inmensa variedad de materiales para dar bases sólidas a todas las habilidades e inteligencias humanas.
En los ambientes, los materiales se encuentran distribuidos en diferentes áreas a los que los niños tienen libre acceso y en donde pueden elegir la actividad que quieren realizar.
Los materiales fueron elaborados científicamente, adecuados al tamaño de los niños, todos tienen un objetivo de aprendizaje específico y están diseñados con elementos naturales como madera, vidrio y metal.
Estos exigen movimientos dirigidos por la inteligencia hacia un fin definido y constituyen un punto de contacto entre la mente del niño y una realidad externa, permitiéndoles realizar gradualmente ejercicios de mayor dificultad.
Todos los materiales son motivos de actividad.
Aíslan las cualidades que queremos resaltar o que el niño aprende.
Algunos, como los materiales de sensorial y matemáticas, están graduados matemáticamente.
Tienen control del error.
Tienen un máximo y un mínimo y presentan los opuestos.
Tienen un límite: Hay un material de cada cosa.

Ayudan al niño a entender lo que aprende, mediante la asociación de conceptos abstractos con una experiencia sensorial concreta, así realmente esta aprendiendo y no solo memorizando.
Las actitudes del adulto
El adulto es el nexo entre el niño y el ambiente preparado, y su meta es ayudarlo a ayudarse, dejándolo saber que es él quien debe amarse y respetarse, por lo que el adulto debe ser de gran ayuda en la construcción de la confianza en sí mismo del pequeño.
Como el niño debe estar libre, moverse y experimentar en el ambiente, el papel del adulto es únicamente señalar directrices. Las guías (Maestras o Profesoras) tienen un papel fundamental ya que deben transmitir conocimientos y formar a los alumnos.
La Dra. Montessori siempre se refirió a las maestras como "Guías" y su papel se diferencia considerablemente del de la maestra tradicional.
Ella ante todo tiene que ser una gran observadora de los intereses y necesidades individuales de cada niño.
La interacción de la guía, los niños y el ambiente da como resultado que no existan dos salones Montessori idénticos en su rutina. Cada uno refleja las características individuales de cada guía y de cada grupo de niños.
Algunas guías usan únicamente los materiales diseñados por la Dra. Montessori, otras, en cambio, desarrollan ellas mismas materiales nuevos o adaptan materiales educativos al salón de clases Montessori.
Conocer a fondo cada una de las necesidades intelectuales, físicas y psicológicas en cada periodo de desarrollo del niño.
Debe ser capaz de guiar al niño dentro del salón de clases hacia el material o actividad que se requiera para lograr un desarrollo armónico y adecuado a su edad.
Debe conocer y manejar correctamente el uso y los objetivos de cada material que se encuentre en el espacio.
Indicar de modo claro y exacto el uso de los objetos y materiales.
Ser activa cuando se pone al niño en contacto con el material por primera vez y pasiva cuando este contacto ya se ha dado.
Debe mantener el ambiente siempre limpio y ordenado.
Atender y escuchar en donde se le llama y respetar el trabajo y los errores de quienes trabajan.
Deben despertar en el niño, su independencia e imaginación durante su desarrollo.
Generar en él autodisciplina, bondad y cortesía.
Guiar al niño para que éste aprenda a observar, a cuestionarse y a explorar sus ideas de forma independiente, motivando su interés por la cultura y las ciencias.
Las cuatro áreas del método Montessori
Está considerada la parte más importante del salón, ayuda al niño a desarrollar coordinación, concentración, independencia, orden y disciplina. Abarca los ejercicios para la relación social, la tolerancia y la cortesía, el control perfecto y refinamiento del movimiento.
Se refiere al desarrollo y al refinamiento de los cinco sentidos: vista, sonido, tacto, olor y gusto. El propósito de los ejercicios es educar los sentidos, así el niño puede aprender sobre el ambiente, y ser capaz de discriminar sus aspectos más sutiles.
El primer paso hacia la lectura y la escritura es sensorial.
Los niños utilizan su dedo índice para conocer sensorialmente cada letra a través del uso de letras contorneadas con papel de lija. Esto les ayuda a reconocer las formas geométricas, al mismo tiempo que desarrolla su destreza y aprende las letras fonéticamente. Luego se sustituye el dedo por un lápiz para más adelante, escribir.
El aprendizaje de la lectura y la escritura se logra en el niño de forma natural. Al convivir e intercambiar experiencias con compañeros mayores que ya leen y escriben, propicia en el niño su deseo de hacerlo. Según las habilidades e intereses propios de su edad, se creará una atmósfera que favorece su desarrollo.
Matemáticas, introducción a los números
Una vez más la introducción a los números y a las matemáticas es sensorial.
El niño aprende a asociar los números a las cantidades, trasladándose gradualmente a formas más abstractas de representación. La educación temprana de este sentido, ayuda al niño a poner la base para la lectura y el aprendizaje de las matemáticas. Las actividades desarrolladas con los materiales sensoriales hacen que el niño pase “de lo concreto a lo abstracto” y le ayude a discriminar tamaños, colores, formas, peso, etc.
Algunas comparaciones entre el método Montessori y el tradicional
M: Énfasis en estructuras cognoscitivas y desarrollo social.
T: Énfasis en conocimiento memorizado y desarrollo social.
M: La maestra desempeña un papel sin obstáculos en la actividad del salón. El alumno es un participante activo en el proceso enseñanza aprendizaje.
T: La maestra desempeña un papel dominante y activo en la actividad del salón. El alumno es un participante pasivo en el proceso enseñanza aprendizaje.
M: El ambiente y el método Montessori alientan la autodisciplina interna.
T: La maestra actúa como la fuerza principal en la disciplina.
M: La enseñanza individualizada y/o en grupo y se adapta a cada estilo de aprendizaje según el alumno.
T: La enseñanza en grupo es de acuerdo al estilo de enseñanza para adultos.
M: Grupos con distintas edades.
T: Grupos de la misma edad.
M: Los niños son motivados a enseñar, colaborar y ayudarse mutuamente.
T: La enseñanza la hace la maestra y la colaboración no se le motiva.
M: El niño escoge su propio trabajo de acuerdo a su interés y habilidad.
T: La estructura curricular para el niño esta hecha con poco enfoque hacia el interés del niño.
M: El niño formula sus propios conceptos a partir del material seleccionado (autodidacta).
T: La maestra entrega los conceptos al niño directamente.
M: El niño trabaja por el tiempo que requiera en los proyectos o materiales escogidos.
T: Al niño se le da un tiempo especifico, limitando su trabajo.
M: El niño marca su propio paso o velocidad para aprender y hacer suya la información adquirida.
T: El paso de la instrucción esta usualmente fijado por la mayoría del grupo o por la profesora.
M: El niño descubre sus propios errores a través de la retroalimentación del material.
T: Si el trabajo es corregido, los errores son usualmente señalados por la profesora.
M: El aprendizaje es reforzado internamente a través de la repetición de una actividad y de la misma forma el niño recibe el sentimiento del éxito.
T: El aprendizaje es reforzado externamente por el aprendizaje de memoria, repetición, recompensa o desaliento (anotaciones al libro y/o con las notas).
M: Material multi sensorial para la exploración física y enseñanza conceptual mediante la manipulación concreta.
T: Pocos materiales para el desarrollo sensorial y enseñanza conceptual de forma, mayoritariamente abstracta.
M: El niño puede trabajar donde se sienta más confortable, puede moverse libremente y hablar con otros, pero cuidando de no molestar a los demás compañeros.
T: Al niño usualmente se le asignan sus propias sillas, insistiendo permanentemente en que se sienten quietos y oigan durante las clases.
M: Organiza el programa para los padres en función de que entiendan la filosofía Montessori y participen en el proceso de aprendizaje de sus hijos.
T: Los padres voluntarios se reúnen solamente para recaudar dinero o fondos. Y, en general, no participan en el entendimiento del proceso de aprendizaje.

Conclusión

La doctora Montessori hizo sus primeros estudios y observaciones con niños de estratos sociales bajos, que además de ser llorones, asustadizos y tímidos, eran al mismo tiempo violentos, posesivos y destructivos. Paulatinamente comenzó a aplicar su método con estos pequeños y pudo comprobar que luego de satisfacer sus necesidades emocionales, experimentaron una transformación tan extraordinaria que se llegó incluso a hablar de niños “convertidos”, por el cambio asombroso en su comportamiento.
Los niños Montessorianos aprenden a trabajar tanto independientemente, como en grupo. Son capaces de resolver autónomamente los problemas que se le presentan, seleccionar entre variadas alternativas en forma adecuada y administrar bien su tiempo, ya que se les ha estimulado a tomar decisiones desde temprana edad. Intercambian ideas y conversan libremente con otros acerca de su trabajo y experiencias. Estas actividades enriquecen sus destrezas de comunicación facilitando así, su camino en diferentes entornos sociales.
Los programas Montessori ponen especial énfasis en los primeros años de la vida del niño, ya que es precisamente durante este período en que emergen paulatinamente fenómenos asombrosos como la psique y el comportamiento humano. El niño comienza a independizarse, aprende a manipular objetos, andar, hablar y dirigir su propia voluntad. Todo lo anteriormente mencionado es aprovechado por Montessori, para aplicar actividades autodirigidas y no-competitivas, que ayuden a los niños a desarrollar sus habilidades y a crear una imagen positiva de sí mismo, fuerte y confiada, para enfrentar los retos y cambios en su vida cotidiana, con optimismo.
No obstante, el énfasis en los primeros años se ha ampliado a medida que se descubren nuevas aplicaciones de su método, a prácticamente toda la escolaridad (Básica y Media), en muchos países del mundo (Incluyendo Chile).

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